Psiquiatría lacaniana: una articulación posible

Por más de 50 años, el Hospital Psiquiátrico Sagrado Corazón, en Quito-Ecuador, ha acogido a usuarios con “sufrimiento mental”; eufemismo utilizado para nombrar a los y las pacientes que interrogan a los manuales diagnósticos, y que interpelan a la observación clínica de la medicina moderna. Entonces, hay pacientes psiquiátricos cuyo malestar excede a las promesas de una clínica de la observación y que demandan una articulación entre la posibilidad de ser oídos desde la posición particular en la que reposa su sufrimiento y la externalidad lógica de la sintomatología atribuida al trastorno. Partiendo de la idea de que, los trastornos psiquiátricos (mayores), como las psicosis, se diferencian del resto de enfermedades porque en ellos están en juego factores subjetivos no generalizables, el clínico se fundamenta en la palabra del paciente; es decir, en la descripción significativa que este hace de su sufrimiento. Siguiendo a Lacan, quien ancló los tratados de la Psiquiatría Clásica, con su invención del objeto a, surge la Psiquiatría Lacaniana, como un compromiso consecuente con el pensamiento y la experiencia psicoanalítica, que se traduce en una clínica donde las psicosis son acogidas desde el principio fundamental del uno por uno